sábado, 16 de marzo de 2013

SOSIEGO




Aquí os ofrezco mis andrajos, madre,

Mis guiñapos envueltos en una humareda otoñal,

Voy bajando por tus desfiladeros de hojas secas,

Me has expulsado de tu boca cual vómito amarillento y rancio.

Soy un engendro,

Una mosca brotando de tus heridas,

La más repudiable criatura, sin hogar ni nombre.

Y me has cortado las manos,

Y sobre mis heridas rociaste sal,

Sal,

Sol,

Y mi voz viaja hacia el sol

Y se humedece en tu garganta

Sol

Sol

Sol o se oye aquel resuello de la muerte,

Y los ejes de una vieja carreta transportándote hacia la eternidad.



                                                                             DIANA DE CARTÓN

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